/home/lucio.albenga.es

Riesgos y desventajas de usar software privativo

En determinados círculos la noticia del día es que se ha colgado en internet la última versión de WordStar (7.0d) para sistemas operativos DOS. Este programa es un editor de textos lanzado en 1978 y desarrollado por la empresa MicroPro, que ha pasado por varias manos en distintas rondas de adquisiciones a lo largo de los años. La última versión publicada de este programa, para sistemas DOS, data del año 1992.

WordStar fue muy utilizado en su época y a día de hoy sigue teniendo usuarios entre los que cabe destacar a los escritores George R. R. Martin y Robert J. Sawyer, que es la persona responsable de haberlo colgado en internet en un archivo zip1 que contiene el programa, los emuladores necesarios para poder ejecutarlo en sistemas windows, los manuales originales escaneados, y otros materiales diversos.

El escritor dice que ha subido el paquete porque, cito textualmente: "The program has never been updated since, and the company that made it has been defunct for decades; the program is abandonware." (El programa nunca ha sido actualizado desde entonces y la empresa que lo hizo lleva muerta décadas; el programa es abandonware).

Sin embargo el escritor se arriesga a que le caiga una demanda por infringir derechos de autor ya que WordStar es un programa privativo cuyo copyright está en manos de alguna entidad aunque el programa esté "abandonado". De hecho no solo está vulnerando el copyright de quien sea que tenga los derechos del programa WordStar, sino que vulnera los de todos los demás programas y documentos que vienen incluidos en el archivo zip a excepción de aquellos cuyos derechos de autor sean propiedad de Robert J. Sawyer y aquellos de los que este tenga una autorización del propietario de los mismos para distribuir los programas, manuales y demás recursos que contiene dicho archivo zip.

Probablemente nadie vaya a demandarlo por esto y por eso mismo es por lo que el escritor ha hecho lo que ha hecho, pero la realidad es que esta acción es ilegal, es demandable y es punible por la ley. De hecho supongo que Robert J. Sawyer es consciente de la infracción porque él mismo tiene en su web una nota de copyright propia2 para sus propios contenidos que prohíbe expresamente almacenar o poner a disposición sus contenidos en cualquier sistema informático destinado a ser accedido por el público o subir sus contenidos a cualquier otro sistema informático, tablón de anuncios, red o servidor.

Sinceramente creo que el propietario de los derechos de WordStar ni siquiera debe saber que los tiene, estarán en algún archivo cogiendo polvo y esta es la realidad del software privativo; cuando deja de ser rentable el propietario se olvida del programa y los que sufren son los usuarios que lo compraron que se quedan con un software sin soporte abocado a desaparecer ya que al no disponer nadie del código fuente no se puede mantener ni portar a otras plataformas. También es problable que dichos usuarios pierdan todos sus datos porque si estos están almacenados en archivos con un formato privativo, cabe la posibilidad de que que no se puedan abrir en ningún otro programa.

Ahora tomemos como ejemplo el programa GNU Emacs3 que es software libre, licenciado bajo la licencia GNU GPL4, y cuya documentación oficial también es libre, licenciada bajo la licencia GNU FDL5. Cada uno de los usuarios de Emacs gracias a las licencias libres tenemos entre otros los siguientes derechos:

  1. El derecho a tener el código fuente del programa y de la documentación.
  2. El derecho a modificar dicho código fuente a nuestro antojo.
  3. El derecho a redistribuir tanto el programa, como la documentación a quien nosotros queramos bajo las mismas condiciones.
  4. El derecho a redistribuir nuestras modificaciones del programa y de la documentación bajo las mismas condiciones.

Esto quiere decir que si se diera el improbable caso de que Emacs se convirtiera en "abandonware", todos los usuarios podríamos (de hecho podemos) hacer lo que ha hecho Robert J. Sawyer de forma 100% legal sin tener que preocuparnos porque alguien vea que estamos compartiendo su software en nuestra web y decida demandarnos por infringir su copyright. Aún más importante es el hecho de que como todos tenemos el código fuente y podemos mantener el software y su documentación, o pagar a alguien para que lo haga, es prácticamente imposible que llegue a darse el caso de que el software quede abandonado y mucho menos que no podamos acceder a nuestros datos.

Copyright

Este artículo es Copyright © 2024 Lucio F. Albenga y está bajo Licencia Creative Commons Atribución/Reconocimiento-SinDerivados 4.0 Internacional (CC BY-ND 4.0)

Notas al pie de página:

2

No enlazo la nota de copyright citada porque enlazar a ella supondría, según el contenido de la misma, que este artículo está sujeto al copyright de este señor, pero podéis verla pinchando en el enlace copyright en el pie de página de su web.